03/03/2022

Max Schreck: El hombre que no era un vampiro

Vampiro y nosferatu son las primeras palabras que acuden a la mente de cualquiera al oír el nombre de Max Schreck. No es de extrañar pues el actor ha pasado a formar parte de la cultura popular gracias a su admirable y excepcional trabajo como vampiro en el impresionante filme de Murnau Nosferatu: Una sinfonía de horror. La película, una de las cumbres de la cinematografía mundial, inmortalizó a Schreck pero también le convirtió en centro de una serie de historias absurdas que los cinéfilos más simples han propagado como una peste, rebajando a un actor de carácter a personajillo de cuentos de terror. Esto es lamentable ya que Schreck fue un ingenioso y correcto actor teatral que en vida nunca dio pábulo a chismes de ningún tipo; los rumores y leyendas negras surgieron años después de su muerte, siendo mantenidos y ampliados por gente que no ha hecho el menor intento de acceder a información verídica sobre su vida y carrera.
En este artículo intentaré presentar al auténtico Max Schreck. No mencionaré las leyendas vampíricas porque muchas páginas ya lo han hecho de manera profusa, aunque acotaré esto: La primera personalidad en relacionar a Max Schreck con el vampirismo fue el director de cine y escritor griego Adonis Kyrou, quien en su libro Le surrealisme au cinema preguntó en broma si el actor realmente era un vampiro. Esto pasó en 1953. Las demás historias comenzaron a escribirse a partir de ese comentario, no antes.
 

Trazar una biografía de Max Schreck no es trabajo sencillo debido a la carencia de información fidedigna acerca de él. Las razones de esta falta de información son varias, y ninguna es oscura o misteriosa sino bastante lógica. Mencionaré tres.
1) Falta de popularidad: Max Schreck no fue un actor cinematográfico famoso. No era un galán así que sus fotos, palabras e historias de vida nunca ocuparon páginas en revistas de fanáticos. Tampoco era un actor de carácter que potenciara su carrera especializándose en algún tipo de personaje. Schreck era antes que todo un actor teatral; su labor en el cine fue un anexo a su carrera en el escenario y no intentó llevarla más allá de la interpretación de roles secundarios menores. Por lo mismo sus personajes en el cine no atrajeron atención ni siquiera a nivel nacional. 
2) Nosferatu no fue una película exitosa: Esto es un hecho importante que muchos ignoran. En su estreno Nosferatu fue recibida de forma tibia y pronto se sacó de circulación por razones económicas y legales. Pasaron más de treinta años antes de que Nosferatu comenzara a ganar el prestigio que ostenta hoy, transformando de paso a su protagonista en un mito del terror. 
3) Pérdida de documentos: Pocos años después de la muerte de Schreck sobrevino la Segunda Guerra Mundial. Europa en general y Alemania en particular volvieron a ser devastadas, perdiéndose para siempre documentos irremplazables de todo tipo. 
Estos factores explican muy bien las muchas lagunas en la biografía de Schreck. Son las mismas que se pueden encontrar en la biografía de casi cualquier actor de reparto del cine mudo alemán. Al menos otros tres actores de Nosferatu tienen grandes lagunas en sus biografías.


Max Schreck nació en Berlín, Alemania, el 6 de septiembre de 1879. Su nombre verdadero era Friedrich Gustav Maximilian Schreck. Desde muy joven mostró interés por el teatro pero su padre se opuso terminantemente a tal vocación, originando un quiebre entre ambos. Por contraste parece haber mantenido una relación muy cercana con su madre, Pauline Shreck. 
A la muerte de su padre, alrededor de 1900, se inscribió en el Teatro Estatal de Berlín. Una vez completada su formación realizó una gira nacional de dos años como miembro de varias compañías teatrales. 

Schreck a los 27 años.

Su enorme talento lo convirtió en un actor destacado, y su particular tipo físico y facilidad con el maquillaje y el vestuario extraño le permitieron interpretar toda una galería de roles grotescos. Pronto se unió a la compañía de Max Reinhardt, la más prestigiosa de Alemania y cuna artística de algunas de las grandes estrellas del cine mudo alemán (Emil Jannings, William Dieterle, Conrad Veidt, Paul Wegener y muchos otros). Terminado su contrato se radicó en Múnich, donde formó parte de otra importante compañía. 


En 1910 contrajo matrimonio con la actriz menor y futura locutora radial Franziska Ott (1877-1951), que a partir de ese momento comenzó a usar los nombres de Fanny Schreck, Fanny Schreck-Normann o Fanny Normann. En 1922 Fanny obtendría 
un pequeño rol no acreditado en Nosferatu como la enfermera que cuida de Hutter (Gustav v. Wangenheim). Estas parecen ser las únicas imágenes que se conservan de Fanny Schreck.
La pareja no tuvo hijos y el único consanguíneo bien conocido de Schreck es su sobrina Gisela Friedlinde Schreck (1919-2007), hija de su hermano Augustin, quien realizó una exitosa carrera como actriz nacional usando el seudónimo de Gisela Uhlen. Las hijas de Gisela, Susanne (1955-) y Barbara (1945-), también siguieron la carrera actoral.

Fanny Schreck en Nosferatu.

Gisela Uhlen.

Susanne Uhlen.

Max Schreck debutó en el cine en 1920 interpretando al hidalgo Don Mendo en El alcalde de Zalamea (Der richter von Zalamea, Ludwing Berger), adaptación de la obra homónima de Calderón de la Barca protagonizada por Lil Dagover. Wikipedia e imdb mencionan otras películas como su debut, pero no existen datos sobre tales películas ni siquiera en páginas alemanas. El filme se considera perdido.


Después de participar en dos o tres películas Schreck fue contratado para protagonizar Nosferatu. Su elección se debió en gran medida a la cercanía que mantuvo con Murnau cuando ambos formaban parte de la compañía de Max Reinhardt. Muchos actores originarios del teatro de Reinhardt eran auténticos artistas de la escena; bajo su dirección consiguieron extraer lo mejor de sus capacidades histriónicas para convertirse en profesionales competentes y versátiles. Schreck fue uno de ellos.

Max Reinhardt.

La grotesca apariencia del personaje de Schreck, el vampiro Orlok, así como su magnífica interpretación, llamaron poderosamente la atención y recibieron elogios; sin embargo la película misma obtuvo críticas mixtas que iban del halago a la burla. 
Cuando un tribunal ordenó la destrucción del filme por violar el derecho de autor de la novela Drácula, propiedad de Florence Balcombe, viuda de Bram Stoker, las dificultades para acceder a las copias sobrevivientes fueron el primer paso para la creación de la leyenda. 
No fue hasta 1929 que una copia de Nosferatu pudo exhibirse en Estados Unidos. Para entonces la implantación del sonido en el cine estaba aislando las distintas cinematografías, volviendo imposible que un actor alemán como Max Schreck pudiera ser conocido fuera de su país. Este fue el segundo paso, al que se agregó el desinterés del público por el cine silente, considerado en esos primeros años del sonoro como anticuado y carente de cualquier valor artístico y comercial. No sería hasta mediados de la década de 1950 que las películas mudas comenzarían a ser revaloradas. 

Nosferatu.

Florence Balcombe en su juventud.

Ajeno a juicios y críticas, tras Nosferatu Schreck continuó su carrera como actor teatral y cinematográfico. En el escenario llegó a interpretar cientos de personajes; en el cine bastante menos, pero compaginó con acierto ambos medios hasta el fin de sus días.
Su siguiente película destacada tras Nosferatu fue La calle (Die strasse, 1923), notable obra de Karl Grüne que aúna estética expresionista con narrativa impresionista. Schreck interpreta de modo conmovedor a un mendigo ciego que recorre la calle, símbolo de peligro, tentación y caos, en compañía de su pequeño nieto.

La calle (1923).

En 1924 volvió a colaborar con Murnau, esta vez dando cuerpo a un barbudo y demacrado agitador político en Las finanzas del gran duque (Die finanzen des grossherzogs), singular comedia menor protagonizada por Harry Liedtke, Alfred Abel y Mady Christians. Su personaje es bastante secundario, tanto que apenas tiene un par de escenas destacables. 

Los revoltosos de Las finanzas del gran duque (1924).

Karl Grüne dirigió a Schreck por segunda vez en la hermosa alegoría pacifista En el borde del mundo (Am rande der welt, 1927). Estelarizada por William Dieterle y Brigitte Helm, narra la historia de una sólida familia de molineros asentados en la frontera de dos países en guerra. Schreck tiene el rol de un espía del Departamento de Guerra enemigo que ronda el molino disfrazado de vendedor ambulante. Hay una curiosa escena donde intenta vender maquillaje a Magda (Brigitte Helm) y para enseñarle como usar un lápiz labial se pinta con él.  

El sospechoso buhonero de
En el borde del mundo (1927).

En 1928 interpretó al padre de la protagonista en la adaptación de la obra de Tirso de Molina Doña Juana (Paul Czinner), rol desempeñado por Elisabeth Bergner. El guion estuvo a cargo del prestigioso escritor y crítico de cine Béla Bálazs, quien disconforme con el montaje final intentó que su nombre fuera eliminado de los créditos de la película. Este filme se considera perdido. 

Doña Juana (1928).

Schreck no tuvo problemas para hacer el traspaso al cine sonoro. Estuvo en varias películas de popularidad mediana a nivel nacional; ninguna logró el estatus de cine clásico. Posteriormente su bien manejada voz le permitió realizar labores de doblaje cuando esta técnica comenzó a popularizarse.
Durante febrero de 1933 participó en el cabaret antifascista de Múnich Die Pfeffermühle, propiedad de la escritora Erika Mann, hija mayor del célebre escritor Thomas Mann.

Boykott (1930).

Como el ángel de la muerte en la obra teatral 
Hanneles himmelfahrt de Thea von Harbou (1935).

La tarde del 19 de febrero de 1936 Max Schreck se sintió mal y fue internado en un hospital de Múnich. Falleció la mañana del 20 de febrero de 1936 a los 56 años producto de un sorpresivo ataque cardiaco. Los obituarios elogiaron su trabajo en El ávaro de Molière. Fue sepultado junto a su madre, muerta en octubre de 1934, en el cementerio Wilmersdorfer Waldfriedhof Güterfelde de Berlín. Desde 1990 este hermoso cementerio es considerado un monumento, por lo que no permite más inhumaciones. El 20 de febrero de 2011, con motivo del 75 aniversario de la muerte de Max Schreck, se inauguró una estela conmemorativa en el lugar.

Estela conmemorativa en la tumba de Max Schreck,
20 de febrero de 2011 (Foto: Peter Hahn).

Películas de Max Schreck disponibles en casi todo el mundo
-Nosferatu, una sinfonía de horror (F.W. Murnau, 1922)
-La calle (Karl Grüne, 1923)
-Las finanzas del gran duque (F.W. Murnau, 1924)
-En el borde del mundo (Karl Grüne, 1927)



Fuentes:
Mi principal fuente de información biográfica e histórica fue Wikipedia en sus ediciones en alemán e inglés.
Para datos de películas recurrí conjuntamente a IMDb y Wikipedia.


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Este artículo forma parte del especial temático
100 años de Nosferatu.



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