28/10/2022

10 películas de vampiros para ver en Halloween

En estas fechas es usual que muchas páginas recomienden películas de terror. Clásicos eternos como El exorcista comparten entrada con obras modernas tipo la más reciente secuela-reinicio-remake de Halloween. Por suerte para mí (o desgracia, según se le mire) no suelo consumir demasiado cine de terror. Hay varias películas de miedo que disfruto muchísimo, pero no es un género que me atraiga particularmente; prefiero la ciencia ficción o el drama histórico. 
Pese a lo anterior, me uniré a la costumbre de recomendar filmes a tono con la celebración, aunque centrándome en un subgénero del terror: Las películas de vampiros.

Drusilla y Spike, una gran pareja de vampiros. No pertenecen al cine
sino a la TV, pero quería tenerlos en mi blog.

En mis tiempos góticos más acentuados rendí culto a los vampiros. Por varios años fueron una auténtica obsesión para mí. Ahora sólo me gustan y en bastante menor grado que las computadoras y los robots. Al menos los vampiros modernos. Cada día son más una idealización de humanos abusivos que monstruos nacidos de la oscuridad del mundo. 
Al principio la idea de usar al vampiro como metáfora sexual fue cautivante y se desarrolló muy bien en obras literarias y cinematográficas que se convirtieron en clásicos. Hoy eso ha sido llevado a un extremo tan ridículo que acabó conduciéndome al tedio. No quiero más películas de vampiros, a menos que rompan o sacudan el molde.  
Entonces, acá hay diez películas de vampiros que todo fanático debiera ver. Algunas son imprescindibles y otras sólo me gustan. Están ordenadas cronológicamente.

Nosferatu (Nosferatu, eine symphonie des grauens, F.W. Murnau, 1922). 

Vampyr (Vampyr - Der traum des Allan Gray, Carl Theodor Dreyer, 1932). 

Drácula (John Badham, 1979).

Nosferatu el vampiro (Nosferatu, phantom der nacht, werner Herzog, 1979).

Generación perdida (The lost boys, Joel Schumacher, 1987).

Los viajeros de la noche (Near dark, Kathryn Bigelow, 1987).

Entrevista con el vampiro (Interview with the vampire, Neil Jordan, 1994).

Blade, cazador de vampiros (Blade, Stephen Norrigton, 1998).

La reina de los condenados (Queen of the damned, Michael Rymer, 2002).

30 días de noche (30 days of night, David Slade, 2007).


Bonus:

Byzantium (Neil Jordan, 2012).

Una chica vuelve sola a casa de noche (A girl walks home alone at night, Ana Lily Amirpour, 2014). 


Para otros artículos míos sobre los vampiros, ir a las siguientes entradas de mi blog literario:


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¡Feliz Halloween 2022!




21/10/2022

Halloween y aquellos tiempos

¿Cómo era Halloween en los albores del cine? Muy diferente a hoy en día. A finales del siglo XIX todavía se trataba de una fiesta más folklórica que mundana celebrada sólo en países de habla inglesa como Irlanda, Inglaterra y Canadá, y en zonas rurales de Estados Unidos. 
No es fácil encontrar información fidedigna acerca del Halloween victoriano. Tampoco imágenes, aún tratándose de una de las épocas doradas de la fotografía. Ropa teatral, disfraces de otras festividades y fotomontajes modernos son etiquetados como "imagen de Halloween" sin mucha investigación. Pero creo haber encontrado algunas fotos reales. Y si no lo son, al menos están bastante cercanas a la idea. 

Esta dama de sonrisa distante parece modelar un vestuario teatral, si bien la pose y el fondo falso eran elementos habituales de la fotografía victoriana. El tocado y la capa transparente lucen muy bien, sin embargo no puedo imaginar de qué va disfrazada. ¿Quizás un murciélago? 

Los disfraces mágicos y celestiales fueron muy populares entre niños y adolescentes hasta bien entrado el siglo XX, pero estas lindas chicas consiguen resaltar en sus curiosos y bonitos atuendos. La más pequeña va vestida de cielo, Vía Lactea o estrella, no puedo precisarlo; su compañera es un hada, bruja blanca o espíritu de la naturaleza, tampoco estoy segura al respecto, aunque ambos disfraces son realmente adorables. 

¡La Batgirl victoriana! Esos murciélagos son lo más extraño que he visto en mucho tiempo. ¿Disfraz o vestuario teatral? Da igual, el efecto es el mismo.
 
El siglo XX se inició con una expansión de los medios de comunicación asociados a la electricidad. El telégrafo, el teléfono, la radio y el cine se volvieron habituales, haciendo posible que mucha gente adquiriera conocimiento de otras culturas y costumbres. Esto pasó con Halloween. 
Hasta los albores de 1900, Halloween fue una festividad angloparlante asociada principalmente al campo y las ciudades provincianas. En el campo se usaban disfraces espeluznantes; en la ciudad eran más comedidos. 
La difusión de la festividad comenzó a mediados de la era eduardiana. Disfrazarse era entonces algo habitual. Se hacía en carnavales, mascaradas, cumpleaños y también en Noche Vieja. Halloween llegó a las grandes ciudades y entró en los salones de todas las clases sociales. Las tiendas de ropa ofrecían disfraces y los restaurantes inventabas platos con decoraciones alusivas. De las imprentas salían coloridas tarjetas postales con dibujos de brujas, duendes y calabazas. 
Las postales tuvieron su mayor momento durante las dos primeras décadas del siglo XX. Y las de Halloween que han sobrevivido están entre las más bellas que he visto. Sus imágenes son simpáticas y los mensajes transmiten buenos deseos, ya que en esos años todavía se trataba de una festividad familiar. También hacen mención de viejas costumbres populares, como escudriñar un espejo para descubrir al futuro conyuge o compartir un beso cuando una nube cubra la luna. Aquí una muestra de esas tarjetas.  

Acá más viejas postales de Halloween que encantarán a los nostálgicos. 

En 1921 Halloween ya era una festividad de gran popularidad, y Minnesota organizó el primer desfile temático, replicado luego en otros estados. No hay muchas fotos de esos años, excepto de actores, pues Hollywood aprovechó muy bien la ocasión para publicitarse poniendo a sus estrellas en elaboradas fotografías referenciales. 

Algunas personas anónimas:



Actrices de Hollywood:


Sería recién a principios de 1980 que Halloween comenzaría a replicarse en otras zonas del mundo, pero esa es historia para otra página. 


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14/10/2022

13 grandes diablos silentes

Llegó el momento de hablar del diablo. Halloween suele ignorarlo un tanto en favor de brujas, vampiros y zombis, así que haré lo contrario y me centraré en él. Pero antes:

Tarjeta inspiradora.

Desde que en 1896 Georges Méliès hizo debutar al diablo en el cine con la película La mansión del diablo, el maligno personaje ha estado presente en una larga lista de filmes de diversa temática, calidad e intención. Esto no fue una excepción en la etapa silente, donde varios diablos destacaron por derecho propio, ya fuera como villanos o alivio cómico. Algunos tuvieron un papel primordial y otros realizaron apariciones menores y hasta anecdóticas, sin embargo su aspecto y 'diabluras' los hicieron inolvidables. 
De menos a más, la siguiente lista presenta a los 13 diablos más memorables del cine silente. No los mejores sino los que me impresionaron más. Dado que varios diablos repiten aparición, mencionaré al actor interprete antes que al personaje. ¿Y por qué 13? Porque es un número con una fama muy diabla. 


13) Reinhold Schünzel como el diablo en Historias tenebrosas 
(Unheimliche geschichten, Richard Oswald, 1919, Alemania).
En una vieja librería, las figuras de El Diablo, La Muerte (Conrad Veidt) y La Prostituta (Anita Berber) escapan de los cuadros que los representan. El Diablo y La Muerte cortejan a La Prostituta, que elige al segundo. Tras darle un buen susto al librero, los tres se dedican a leer las historias de terror que conforman la película.
Cejas negras, entradas pronunciadas y cabello oscuro cayendo en punta sobre la frente son las características más notables de este diablo risueño y aficionado a la lectura que además suelta vapor por la boca y lleva la cola doblada.  



12) Conrad Veidt como Satanás en Satanás 
(Satanas, Friedrich Wilhelm Murnau, 1920, Alemania).
Después de interpretar a La Muerte para Oswald, el gran Conrad Veidt interpretó al diablo para Murnau. Lamentablemente la película se considera perdida y los datos conservados son contradictorios. Se sabe que estaba conformada por tres historias independientes ambientadas respectivamente en el antiguo Egipto, la Roma de los Borgia y el mundo contemporáneo. En todas aparecía un personaje secundario que en realidad era el demonio intentando destruir a los protagonistas. Las pocas imágenes existentes de este diablo disfrazado de hombre muestran a un joven guapo y anguloso que no provoca exactamente miedo. 
Revisen los arcones de su sótano y el granero del bisabuelo, nunca se sabe donde podría aparecer una película dada por perdida.



11) Carl Schenstrøm como el diablo en Hacia la luz 
(Mod lyset, Holger-Madsen, 1919, Dinamarca).
La hermosa, egoísta y superficial aristócrata Ysabel (Asta Nielsen) encuentra la fe y el amor gracias al predicador Elias Renato (Alf Blütecher). Antes de convertirse Ysabel intenta seducir a Elias con su belleza y fortuna, mas él vence la tentación recordando cómo Jesús resistió a Satanás en el desierto. 
La tentación de Jesús se escenifica con un diablo bastante parecido a Mefisto, el demonio más famoso del folklore alemán. Es flaco, tiene la nariz y las orejas puntiagudas, pequeños cuernos, y va envuelto en una enorme capa oscura que el viento agita con dramatismo exhibiendo sus piernas desnudas. La breve escena está fotografiada y encuadrada con gran belleza y poesía. Interesante película sobre fe y redención.



10) Conrad Veidt como el diablo en Kurfürstendamm 
(Richard Oswald, 1920, Alemania).
Otro diablo de Veidt que sólo ha sobrevivido en fotografías. Por lo que se conoce de la trama la película pudo haber sido una comedia: El diablo abandona el infierno y se instala en una pensión de Kurfürstendamm (una popular calle berlinesa), lugar de donde parecen venir la mayoría de los condenados. Allí traba conocimiento con tres chicas interpretadas por Asta Nielsen; luego se convierte en empresario cinematográfico y actor. En un recorrido por los bajos fondos el diablo es asaltado en un callejón, situación que lo convence de regresar al infierno, un sitio mucho mejor.
Esta vez el diablo tuvo cuernos, cola y entradas profundas, pero también adquirió una agradable apariencia humana. El elenco incluía a Erna Morena, Rosa Valetti y Theodor Loos. 
A escarbar el suelo del viejo molino, quizás aparezca una lata con una copia de Kurfürstendamm.  



09) Buster Keaton como Sin Amigos en Go west 
(Buster Keaton, 1925, Estados Unidos).
Este es un diablo muy circunstancial. Sin Amigos, un solitario vaquero al servicio de un ganadero, necesita reunir las vacas de su patrón que están causando estragos en las calles de Los Ángeles. Buscando una forma de atraerlas no se le ocurre mejor idea que disfrazarse de diablo rojo y hacer que lo sigan. Acaba provocando una estampida que deviene en caos al llegar la policía y los bomberos. La vaca Ojos Castaños, única amiga de Sin Amigos, acude al rescate y el vaquero guía la manada montado sobre su lomo.
La secuencia es divertidísima y está llena de grandes momentos: Un policía intenta detener a Sin Amigos cogiéndolo por  la cola del disfraz; un borracho se para a dirigir el tránsito; un ricachón recibe un baño inesperado en su automóvil… Aunque el diablo es sólo una solución desesperada, su aparición no es fácil de olvidar. Además, ejemplifica muy bien el curioso surrealismo de Keaton: ¿Quién más que él incluiría un gran chiste sobre el color rojo en una película en blanco y negro? Mi favorita del gran cómico.



08) John Gottowt como Scapinelli en El estudiante de Praga 
(Der student von Prag, Stellan Rye, 1913, Alemania).
Bajo la forma del prestamista Scapinelli, el diablo compra al estudiante Balduin (Paul Wegener) el reflejo de su figura en el espejo. A partir de ahí el reflejo sigue a Balduin por toda Praga, volviendo su vida insoportable.
Scapinelli es un diablo inusual. Tiene nombre italiano pero visualmente parece un tortuoso estereotipo de usurero judío de mediana edad. En la presentación de personajes lleva un cuervo sobre el hombro, ave de profundas connotaciones oscuras, evidenciando que no es quien aparenta. Después, cuando saca el reflejo del interior del espejo, no queda ninguna duda, ¿qué hombre podría hacer eso? Al final, muerto Balduin, Scapinelli se burla de él de un modo simplemente estremecedor. Un diablo perverso y ambiguo para una película totalmente imprescindible.



07) Benjamin Christensen como el diablo en Haxan, la brujería a través de los tiempos 
(Häxan, Benjamin Christensen, 1922, Dinamarca y Suecia).
Impresionante y didáctico documental acerca de la brujería, con un complejo y magnífico despliegue técnico para las recreaciones de aquelarres, torturas y juicios a supuestas brujas. El director se reserva el papel del diablo, que contiene todas las características clásicas del mito cristiano popular: Cuernos, cola, vientre abultado, garras, lascivia… Es un demonio aterrador que alcanza altas cuotas de molestia y desagrado, a la vez que ejemplifica la oscuridad, maldad e ignorancia del propio ser humano. Película obligada para todo cinéfilo.



06) Werner Krauss como Scapinelli en El estudiante de Praga 
(Der student von Prag, 1926, Henrik Galeen, Alemania).
El primer remake de la magnífica película de Stellan Rye brilla con luz propia gracias a su elenco y dirección. Conrad Veidt toma el papel del pobre estudiante Balduin y Werner Krauss el del falso prestamista Scapinelli que lo engaña para quedarse con el reflejo de su imagen. Krauss da a su personaje unas características siniestras incluso más marcadas que en la versión de 1913. Su risa grotesca y los poderes sobrenaturales con que provoca el accidente de la sosa condesa Margit (Ágnes Esterhazy) y hace aparecer una montaña de dinero, sorprenden y asustan por igual. Hermosa película que cierra simbólicamente el cine expresionista. 



05) Aleksandr Chabrov como Satanás en Satanás triunfante 
(Satana likuyushchiy, Yakov Protazanov, 1917, Rusia).
Fingiendo ser un viajero cojo, Satanás pide hospedaje en casa del estricto, lúgubre y represor pastor Talnoks (Ivan Mozzhukhin), quien vive en compañía de su cuñada Esfir (Nathalie Lissenko) y del marido de esta, Pavel (Pavel Pavlov). Satanás tienta a Talnoks y Esfir con música y frases equívocas hasta hacerlos caer en un adulterio que tendrá como consecuencia un apuesto y dulce hijo, Sandro (Ivan Mozzhukhin), pero también muerte y dolor.
Sin necesidad de cuernos ni peinado mefistofélico, el diablo ruso consigue alarmar con sus dotes musicales y una sonrisa insinuante y burlona que a ratos logra aterrar. Película interesante y muy bien actuada.



04) Helge Nissen como Satán en Páginas del libro de Satán 
(Blade af satans bog, Carl Theodor Dreyer, 1921, Dinamarca).
Por orden divina Satán debe tentar gente a lo largo de la historia. Si logra derribar a alguien su condena eterna será aumentada, si no lo consigue la condena se reducirá. Se muestran cuatro formas humanas adoptadas por Satán para engañar a potenciales víctimas. Primero la de un fariseo para tentar a Judas; luego la de un inquisidor para engañar a un monje; después la de un jacobino para derribar a los aristócratas durante la Revolución Francesa; por último toma la apariencia de un monje ruso para intentar perder a una joven soldado del ejército blanco.
Satán se esfuerza en cumplir su trabajo, pero al conseguir la caída de sus víctimas experimenta remordimientos y pesar, lamentando haber triunfado. Es un Satán que anhela la redención y la gracia divina, cada vez más lejanas para él. Sobresaliente película de uno de los maestros indiscutidos del séptimo arte.



03) Ugo Bazzini como Mefisto en Rapsodia satánica 
(Rapsodia satanica, Nino Oxilia, 1917, Italia).
Mefisto concede la juventud a la anciana condesa Alba (Lyda Borelli) a condición de que nunca se enamore. Ella, digna representante de la diva del cine italiano, no puede evitar caer perdida, atormentada y desesperadamente enamorada del joven Tristano (Andrea Habay).
El diablo alemán se da un paseo por Italia casi sin cambiar su imagen característica: Cejas rectas, nariz ganchuda y un manto de un precioso rojo oscuro cortesía del poético entintado. También posee algo de picardía y una crueldad tortuosa rematada cuando engaña a la condesa con la romántica imagen de un jinete al que ella confunde con su amado Tristano. Alba acude a su encuentro y Mefisto le arrebata su segunda juventud, como sin duda siempre pretendió. La obra maestra de las películas de divas.



02) Emil Jannings como Mephisto en Fausto 
(Faust, Friedrich Wilhelm Murnau, 1926, Alemania).
Este fue mi diablo silente favorito hasta que conocí al que ocupa el primer puesto. Jannings da la imagen e interpretación definitivas para Mefisto, el diablo que intenta perder al doctor Fausto (Gosta Ekman): Peinado en punta sobre la frente, cejas rectas, gorro con una larga pluma y un manto de seda oscura; cinismo, canalladas y amargura. 
Cómica, elegante y horrible a la vez, la mejor versión de Mefisto es un icono popular referenciado, imitado, plagiado y homenajeado pero nunca superado, que hace olvidar el verdadero aspecto de este diablo: Una gigantesca criatura cornuda cubierta de plumas y pelo negro y provista de alas incluso más grandes. Un diablo sin rival en una película majestuosa.



01) Ivan Mozzhukhin como el diablo en La Nochebuena 
(Notch pered rozhdestvom, Wladislaw Starewicz, 1913, Rusia).
Durante la noche anterior a la Navidad, un diablo coquetea con una bruja (Lidiya Tridenskaya) y causa algunos problemas menores en una aldea ucraniana antes de recibir su merecido a manos del herrero local (Petr Lopukhin).
Algunos años antes de ser tentado dos veces por el maligno en Satanás triunfante, Ivan Mozzhukhin dio vida al diablo más feo, alocado y simpático del cine silente. Un diablo con cara de cerdo y cuerpo lanudo y cochambroso que se divierte haciendo morisquetas, robando la Luna, dando saltos y giros, y provocando una tormenta de nieve por el solo placer de molestar. 
Uno de los primeros grandes trabajos de Mozzhukhin, sin él y sus traviesas diabluras la película carecería de interés. Definitivamente mi diablo favorito de todo el cine mudo.



Mención honorífica (o diablo 14 para los supersticiosos del número 13).

Einar Rød como Söfren en La viuda del párroco
(Prästänkan, Carl Theodor Dreyer, 1920, Dinamarca).
Este diablo emparenta con el de Buster Keaton en Go west al tratarse sólo de una jugarreta. Un joven párroco se ve obligado a casarse con la anciana viuda de su predecesor. Intentando hacerla huir de la casa trata de asustarla disfrazándose de diablo, pero la esposa (Hildur Carlberg) descubre fácilmente la treta: El ridículo disfraz del párroco parece cualquier cosa extraña y grotesca menos un diablo, y no ayuda que se dejara puestos sus propios calcetines. 
Hermosa comedia dramática del maestro danés.

 

Esta fue una selección de diablos de todos los gustos, estilos y nacionalidades. Algunos los conocí hace ya varios años, otros más recientemente. Espero ir conociendo muchos más y asustarme con ellos. 


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