02/02/2024

Sólo dos buenos chicos del otro lado

Artículo publicado en la revista Photoplay en julio de 1927.


A algunos les gustan fríos.
Considere a Lars Hanson, quien le dio a Lillian Gish tal competencia por los honores en "La letra escarlata", que se le dio el protagónico sin reservas en la producción de John Robertson, "Capitán Salvación", que figura entre las seis mejores películas del mes, mientras que su actuación está entre los mejores del mes.
El señor Hanson proviene de la fría y distante Suecia, donde las noches son largas y el arte es serio. Es uno de esos nórdicos fuertes y silenciosos con cabello rubio y ojos como hielo azul. Un joven reflexivo y estudioso que ve en las películas, no explotación personal, sino algo delicado, algo noble, algo grande y nuevo para el artista. Como Varconi en un aspecto, Hanson pertenece a la flor y nata del elemento extranjero en Hollywood. No es un príncipe falso, un noble arrestado, sino un actor de renombre en su propio país, miembro del Teatro Real de Estocolmo.


Hanson es un gran trabajador, con años de lucha y experiencia en su haber. Un hombre discreto, orgulloso y tímido que se hundirá en un silencio glaciar en lugar de hablar de su éxito y de sus asuntos personales. Vino a Estados Unidos por su Gran Oportunidad y no va a  arruinarse a sí mismo. El ardiente sol de Hollywood lo ha iluminado durante más de un año, los fuegos del temperamento se han apoderado de él; pero Lars Hanson aún no se ha descongelado.
Su esposa es Karin Nolander, una distinguida y bella actriz sueca. Ella no aparecerá en la pantalla, no. Uno en la familia es suficiente. Pero estudian juntos, trabajan juntos y el mundo más alegre de Hollywood no los conoce. Sin embargo, les gusta Estados Unidos, sí. Y la razón es simple.
“Sus películas”, dice Hanson, “serán las mejores. Su gente tiene el aplomo y la confianza para hacer grandes filmes que triunfen".
Y el señor Hanson quiere participar en ese triunfo.



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