28/04/2023

Valentino y los perros

Rudolph Valentino era un fiel amante de los perros, particularmente los de raza grande. Su padre (fallecido de malaria cuando él tenía 11 años) fue veterinario, así que Valentino creció rodeado de animales. A lo largo de su carrera, y seguramente desde antes, poseyó varios perros. A partir de 1924, cuando compró su finca en Beverly Hills, el actor adquirió más perros (y cuatro caballos árabes), tanto de compañía como guardianes. Tenían sus perreras y parques para uso diurno pero por las noches recorrían libremente la propiedad.

¡Perros para todos los gustos!

El perro favorito de Valentinp era Kabar, un dobermán alsaciano obsequiado en 1922 por un admirador y diplomático belga. Valentino se encariñó profundamente con él y se hicieron inseparables; Kabar lo acompañaba en todos sus viajes y dormía en las habitaciones dispuestas para el actor.

Valentino, Kabar y la cantante Sophie Tucker.

Tristemente, Kabar nunca consiguió superar la muerte de su querido amo. Huyo de casa y desapareció durante meses, regresando herido y flaco. Murió a comienzos de 1929 y fue enterrado en el Cementerio de Mascotas de Los Ángeles, donde se dice que pena cada aniversario de la muerte de su dueño.  

Una hermosa imagen de una hermosa amistad.

Los pastores alemanes, también conocidos como "perros policías", fueron otros de los favoritos de Valentino. Se sabe que tuvo por lo menos tres; se llamaron MarquésSheik (jeque) y Drusus.

Pastores alemanes, la policía canina.

Había dos mástines italianos, Sheila y Shaitán, resguardando Falcon Lair, la finca de Valentino. El asedio de las admiradoras era imparable y ni los guardias de seguridad ni el muro levantado alrededor de la finca impedían que intentaran acercarse a su querido Rudy.


Además de estos, Valentino tuvo un lebrel irlandés, varios grandes daneses, un galgo español y un setter irlandés. Durante su matrimonio con Natasha Rambova agregó un par de pequineses a su colección, pues la artista era una apasionada de los pequeños perros de compañía.  


Algunos perros que sobrevivieron a Valentino permanecieron con sus hermanos Alberto y María. Otros, como el policial Drusus y los dos mastines, fueron subastados junto con el resto del patrimonio del actor. Se ignora el destino final de estas nobles bestias.



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