01/04/2022

10 romances espaciales tras ''El viaje a la luna''

Protociencia ficción en el cine primitivo

Antes de que en 1926 Hugo Gernsback acuñara el término "ciencia ficción" poniéndolo en la portada de la revista Amazing Stories, las narraciones que hoy conocemos con ese nombre eran llamadas "romances científicos". Una de las variantes más populares de esta protociencia ficción fue el "romance interplanetario", un precursor de la space opera que narraba viajes fuera de la tierra y alucinantes historias sobre los habitantes del espacio. Siendo el cine primitivo un espectáculo popular, no es de extrañar entonces que su primera gran obra tratara sobre un viaje a la Luna.
Mágica antes que científica, El viaje a la Luna (1902) es una pequeña joya cuyo detallismo y variedad de decorados y accesorios impresiona incluso hoy. La nave espacial en forma de bala encajada en un ojo de la luna es una de las imágenes más famosas y reconocibles del cine. Fue con esta pequeña gran película que Georges Méliès sentó las bases de la protociencia ficción cinematográfica del resto de la década. El viaje espacial, a la Luna, Marte e incluso las estrellas, fue presentado en varias películas, algunas plagios o imitaciones de la obra de Méliès, otras su descendencia natural. 
Dado que en estas películas el viaje no se limita a los planetas y en ocasiones sólo se realiza mediante estudios con telescopios, nos encontramos ante una variante del romance interplanetario. Este subgénero cinematográfico de corta duración nunca recibió un nombre propio, así que me tomo la atribución de bautizarlo como "romance espacial".


La fantasía, magia, humor e inventiva de tales películas es fascinante. Todas comparten una visión fantástica de los viajes espaciales, pero en especial de los habitantes del cosmos. Los astros y cuerpos celestes se presentan como antropomórficos: Las estrellas son mujeres atractivas vestidas de forma atrevida, la luna llena es un sonriente rostro masculino y la media luna es una mujer hermosa recostada entre los cuernos del satélite. También se acortan las distancias: Los planetas están al alcance de la mano; los viajeros pasean por los anillos de Saturno y un humano y una marciana se comprometen por telégrafo. 
No son películas que puedan describirse con facilidad, hay que verlas, así que de más a menos, aquí hay 10 romances espaciales para alucinar con los componentes de la galaxia.
 

1) Un matrimonio interplanetario 
(Enrico Novelli, 1910, Italia).
Adorable comedia amorosa sobre un astrónomo que se enamora locamente de una mujer marciana, siendo correspondido con igual pasión. La pareja se comunica por un telégrafo cuyas ondas viajan por el espacio como una hermosa corriente de letras. El amor supera la distancia y los enamorados se reúnen en la Luna para casarse. 
La película cuenta con un hermoso, elegante y divertido diseño de producción. El de Marte, con hongos y una ciudad naif de cartón piedra, se repetiría durante muchos años en varias películas de serie B.



2) Viaje alrededor de una estrella 
(Voyage autour d’une étiole, Gaston Velle, 1906, Francia).
En esta sorprendente comedia un anciano astrónomo enamorado de las estrellas logra llegar hasta ellas usando como vehículo estelar una gigantesca pompa de jabón. La reina de las estrellas lo recibe en su palacio con forma de lucero y coquetea con él, pero la llegada del celoso marido interrumpe la diversión. El final es hilarante y oscuro a la vez, un probable guiño loco a los desenlaces de las novelas románticas.    
                       

   
3) Un viaje a Júpiter 
(Le voyage sur Jupiter, Segundo de Chomón, 1909, Francia).
Un rey obsesionado con la astronomía sueña que llega a Júpiter ascendiendo por una escalera de cuerda. Una vez allí sus planes de conquista son frustrados por el poderoso rey del planeta, quien le hace ver que para llegar al cielo se necesita algo más que una escalera larga. Al final el pobre astrónomo paga por el mal sueño del rey. 
El diseño y hermoso entintado acentúan con creces lo onírico e irreal de esta simpática historia.

 

4) El motorista 
(The '?' motorist, Walter R. Booth, 1906, Inglaterra). 
Disparatada comedia donde una pareja perseguida por la policía huye conduciendo su mágico automóvil hasta la Luna. El conductor circunda al paciente satélite, salta a los anillos de Saturno y cae de regreso a la Tierra, donde la persecución continúa. 
Más corta, sencilla y retorcida que las películas francesas, esta pequeña cinta británica también se distingue por usar el paisaje urbano real mezclado con otro fantástico. Posiblemente la primera y única comedia de persecuciones con elementos de ciencia ficción espacial.

  

5) Un viaje a Marte 
(A trip to Mars, Ashley Miller, 1910, Estados Unidos). 
Un científico descubre la gravedad inversa y la usa para elevarse hasta Marte. Allí encuentra unos curiosos árboles con cabezas humanas y por poco es devorado por un monstruoso marciano gigante que no desentonaría para nada en un filme de terror satánico. 
Extraña película del estudio de Edison posiblemente inspirada en Los primeros hombres en la luna de H.G. Wells.

    

6) Sueño en la Luna 
(Rêve á la luna, Gaston Velle y Ferdinand Zecca, 1905, Francia). 
Un borracho sin remedio delira con botellas de vino gigantes bailando a su alrededor y luego sueña que increpa duramente a la Luna al suponer que se burla de él. Una tormenta de viento lo arroja hacia el satélite y este lo traga y luego lo escupe de vuelta a la tierra. 
Curioso y divertido mensaje sobre los peligros de la embriaguez extrema.

    

7) Claro de luna español 
(Clair de Lune espagnol, Émile Cohl y Étienne Arnaud, 1909, Francia).
El español Pedro decide suicidarse arrojándose por la ventana pero es capturado por una "máquina voladora" y llevado a un balcón en el espacio. Allí ataca a la Luna hasta dejarla malherida, provocando la indignación de la reina de las estrellas, que lo lleva a juicio. Tras unas cuantas situaciones descabelladas Pedro es arrojado de vuelta a la Tierra. 
Insólita película codirigida por Émile Cohl, el padre de los dibujos animado, que mezcla imagen real con animación de un modo muy logrado.  

    

8) El sueño de un fumador de opio 
(Le rêve d’un femeur d’opium, Georges Méliès, 1908, Francia).
En un fumadero de opio, un adicto sueña que la Luna roba su jarra de cerveza. El hombre invita a la Luna a su casa con la intención de seducirla, pero ella se burla de él con su poder de cambiar de forma. 
Comedia ligera cuyo abrupto final arruina un poco la historia.

    

9) Un gran descubrimiento
(Une grande découverte, director desconocido, 1905, Francia). 
El nieto de un astrónomo decide jugarle una broma poniendo a su gato frente al telescopio que apunta hacia la luna. El maravillado astrónomo invita a unos colegas a ver al gato selenita, y entonces la broma se vuelve burla con el chico exhibiendo su larga lengua frente al telescopio. Descubierto, recibe su merecido por burlarse de tan importantes personajes. 
La imagen del gato y la luna se repite hasta hoy en múltiples formas.

    
   
10) Excursión a la Luna 
(Excursion dans la lune, Segundo de Chomón, 1908, Francia). 
Copia desvergonzada y algo cansina de la obra de Méliès, aunque consigue algunos momentos memorables: La Luna vomitando después de tragarse la nave; mejor trato a los selenitas, nada de matarlos a paraguazos y exhibirlos en desfiles; una princesa lunar que parte voluntariamente a la Tierra. Sin embargo es imperdonable que reemplazara a las encantadoras chicas en pantalón corto por un rígido ejército masculino.

 

Si bien no todos pueden disfrutar de un cine tan antiguo, recomiendo la revisión de estas películas al menos como curiosidad. Su duración oscila entre los tres y los trece minutos, así que no son un gran desafío para los reacios. 
El cine anterior a 1910 está fuera de mi línea de interés e incluso me cuesta un poco visualizar películas de antes de 1915, sin embargo disfruté viendo estas pequeñas obras primitivas por su inventiva, humor y toneladas de magia.


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