Hablar en contra de una
película protagonizada por Clara Bow no es un trabajo difícil. La simpática pelirroja no
se caracterizó precisamente por participar en grandes obras del séptimo
arte, sino por estelarizar películas de consumo rápido cuya principal función era entretener al público. No existe problema con este tipo de filmes, pero hay una gran distancia entre
una película menor divertida y una película menor desagradable.
Mantrap se ofrece como una comedia amorosa. Como comedia no logra su objetivo; el humor es débil y hasta
ridículo; como historia de amor deja muy bajo el gran sentimiento. Y cuando el
humor no funciona y el amor se muestra en mala forma, las películas se vuelvan
molestas. Mantrap es desagradable y ni siquiera el gran encanto
de Clara Bow consigue ocultarlo. Por cierto, viendo lo bien que ella desempeña
su rol es de lamentar que no se le permitiera salir de su encasillamiento como "la chica it" y trabajar en obras de mayor profundidad. Al menos queda su encanto.
Resumen: ALERTA DE SPOILER
Ralph Prescott (Percy
Marmont), abogado neoyorquino especialista en divorcios, está tan cansado del permanente
coqueteo de sus clientas que desea alejarse de las mujeres. Su amigo Wes Woodbury
(Eugene Palette) le propone ir a acampar junto al río Mantrap en la frontera
canadiense, un lugar tan apartado de la ciudad que “un hombre puede recorrer
millas sin que se le peguen chicles en las suelas de los zapatos”.
Mientras en Mantrap, el
rústico tendero Joe Easter (Ernest Torrance) confiesa a su amigo de la policía
montada lo harto que esta de aquel pueblo sin mujeres. Recuerda haber visto el
tobillo de una chica veinte años atrás. Su amigo rápidamente lo pone al tanto
de la novedad: Ahora las mujeres muestran mucho más que el tobillo. Fascinado,
Joe decide darse un viajecito a la ciudad, y apenas llega allí es embelesado por
las hermosas piernas de la joven manicurista Alverna (Clara Bow). Joe entra en
el salón de belleza masculino donde trabaja Alverna y se aplica todo el paquete
de arreglos sólo para mantener una larga charla con ella. Luego la invita a
cenar. Alverna finge un rechazo inicial de modo muy poco convincente.
Algunas semanas después Ralph
y Wes realizan su acampada en los bosques de Mantrap. A la primera lluvia
empiezan los problemas y ambos acaban enzarzados en una pelea. Joe llega al
lugar en su bote, calma las cosas e invita a Ralph a su casa. Este piensa que
todo irá mejor; no está acampando ni hay mujeres cerca. Pero al llegar a casa de
Joe una hermosa muchacha sale a recibirlos. Es Alverna, ahora esposa de Joe. Aquí las cosas dejan de ser absurdamente simpáticas para
volverse incomprensibles. No se explica por qué una joven, hermosa e
independiente citadina abandona su trabajo
en la ciudad para convertirse en ama de casa en medio de la nada casándose con un
hombre lo bastante mayor como para ser su padre. Se acepta que se trató de un
matrimonio equivocado, pero no se explica por qué se realizó. Según Joe, Alverna
lo encontró "diferente" a las hombres de ciudad. Eso es demasiado vago. Tampoco
se puede argumentar que Alverna no supo como deshacerse de Joe después de la
primera cita pues ya tenía experiencia con hombres mayores; el "galán" que la
lleva al trabajo en su primera aparición es incluso mayor que Joe. Una chica
con un nombre tan inusual sabe muy bien como manejar sus asuntos.
De inmediato Alverna inicia
un coqueteo con Ralph, que parece tener sólo unos pocos años menos que Joe. Adopta
el papel de la inocentona que toquetea y besuquea al invitado como parte de un
juego que también incluye algunas frases de flapper.
Durante la noche Joe decide
montar guardia luego de un intento de robo. Alverna
aprovecha la ocasión para tratar de seducir a Ralph. Ahora actúa como la
pobrecita asustada; al no funcionar, insiste con sus frasecitas dizque
ingeniosas y enseña un poco de carne.
Esto no es gracioso. Alverna no es una
chica libre y simpática, como he leído en muchos comentarios entusiastas, sino
una esposa que trata de seducir a un invitado de su marido para que la saque del hogar. Una chica libre y "moderna" se iría sola, no intentaría marcharse como
mujer raptada para así arrojar sobre otro la responsabilidad de su decisión. Lo
peor es que ella hace esto mientras su marido cuida la seguridad del hogar. Joe
puede no ser joven ni guapo, pero es un tipo simpático que no merece un engaño
como el que planea Alverna. Si ella está harta de él debe decírselo y acabar
todo de manera correcta.
Cuatro semanas después Ralph
sigue instalado en casa de Joe. Alverna no ha conseguido hacerlo caer en su
juego pese a la atracción que provoca en él. Como Joe, Ralph es un tipo decente.
Pero solos en el campo, Alverna intenta obtener un beso. Ella es tan libre que
lleva cuatro semanas esperando que el hombre de el primer paso. Ralph la
rechaza y critica su insistencia en comportarse "como una tontita", gran
acusación, y expresa su decisión de volver a la ciudad. Parece que si Alverna
no hubiera insinuado el beso Ralph seguiría en casa de Joe hasta ser echado.
El día de la partida Alverna decide
irse con Ralph. Está harta de Mantrap. No es Ralph quien le interesa, sino
irse. Mientras, el bueno de Joe ha puesto la mesa y hasta flores para tener una
primera comida a solas con su mujercita en más de un mes. Cuando ella no
aparece, sale a buscarla en su bote (sí, hay una opaca imitación de la excelente
Johan de Mauritz Stiller).
Avanzando por el bosque, Ralph
finalmente cae en el juego de Alverna y por un momento parece que serán una pareja
feliz una vez él la divorcie de Joe, pero los problemas empiezan cuando se
pierden y ella coquetea con un piloto que les da algunas provisiones. Parece
que ninguna mujer puede estar sin coquetear a menos que sea vieja y fea, caso
de la antipática y estereotipada vecina de Joe.
Joe los encuentra y en lugar de
recriminarlos le advierte a Ralph que Alverna sólo le causará problemas. Ella se
defiende como una niñita enojada y ambos hombres comienza a hacer planes
respecto a ella como si hablaran de una mascota. Por fin Alverna se cansa y decide
que se irá y será dueña de sí misma. ¡Excelente decisión, Alverna! Pero algún tiempo después vuelve con Joe
porque… extrañaba Mantrap, aunque a los
pocos segundos está coqueteando con el nuevo policía de la zona.
Mantrap es pura misoginia; en ella hay sólo dos clases de mujeres: Jóvenes bonitas desesperadas por librarse de un
hombre para arrojarse en brazos del siguiente que se les cruce por delante,
y viejas feas (al menos una de ellas) maliciosas, entrometidas y fanáticas de
la moda victoriana. Las únicas opciones de "galanes" para la guapa y joven protagonista
son hombres aburridos que le doblan la edad. Y ella, la heroína de
extraño nombre, una chica más descarada que libre, no siente ni pizca de
vergüenza a la hora de intentar engañar a su marido con un hombre por el que no
siente nada, comportándose para ello como una niña bobalicona a la que debemos
tomar por una mujer mundana y dueña de sí misma. Este descaro irracional que
muchos confunden con la libertad me hace dudar un poco de la identidad de
Alverna. ¿Es ella una digna representante de la flapper o sólo una tontuela coqueta?
Quizás ambas. Se supone que eso cause risa, sin embargo el asunto no es
divertido, es incómodo. Puedo entender y justificar un adulterio en un drama o
comedia, pero Mantrap no es ni lo uno ni lo otro. De hecho no podría
adjudicar esta película a ningún género determinado. ¿Quizás "Intento Fallido de
Comedia Suave"?Película menor, Mantrap podría
gustar a los admiradores de Clara Bow; ella está guapísima y actúa muy bien su
estúpido personaje, haciéndolo tan creíble como exasperante. También agradará a los interesados en las flappers y a los admiradores del grandulón Ernest Torrance, un secundario de lujo; los demás abstenerse.