Hablar en contra de una
película protagonizada por Clara Bow no es un trabajo difícil. La simpática pelirroja no
se caracterizó precisamente por participar en grandes obras del séptimo
arte, sino por estelarizar películas de consumo rápido cuya principal función era entretener al público. No existe problema con este tipo de filmes, pero hay una gran distancia entre
una película menor divertida y una película menor desagradable.
Mantrap se ofrece como una comedia amorosa. Como comedia no logra su objetivo; el humor es débil y hasta ridículo; como historia de amor deja muy bajo el gran sentimiento. Y cuando el humor no funciona y el amor se muestra en mala forma, las películas se vuelvan molestas. Mantrap es desagradable y ni siquiera el gran encanto de Clara Bow consigue ocultarlo. Por cierto, viendo lo bien que ella desempeña su rol es de lamentar que no se le permitiera salir de su encasillamiento como "la chica it" y trabajar en obras de mayor profundidad. Al menos queda su encanto.
Mantrap se ofrece como una comedia amorosa. Como comedia no logra su objetivo; el humor es débil y hasta ridículo; como historia de amor deja muy bajo el gran sentimiento. Y cuando el humor no funciona y el amor se muestra en mala forma, las películas se vuelvan molestas. Mantrap es desagradable y ni siquiera el gran encanto de Clara Bow consigue ocultarlo. Por cierto, viendo lo bien que ella desempeña su rol es de lamentar que no se le permitiera salir de su encasillamiento como "la chica it" y trabajar en obras de mayor profundidad. Al menos queda su encanto.
Mientras en Mantrap, el rústico tendero Joe Easter (Ernest Torrance) confiesa a su amigo de la policía montada lo harto que esta de aquel pueblo sin mujeres. Recuerda haber visto el tobillo de una chica veinte años atrás. Su amigo rápidamente lo pone al tanto de la novedad: Ahora las mujeres muestran mucho más que el tobillo. Fascinado, Joe decide darse un viajecito a la ciudad, y apenas llega allí es embelesado por las hermosas piernas de la joven manicurista Alverna (Clara Bow). Joe entra en el salón de belleza masculino donde trabaja Alverna y se aplica todo el paquete de arreglos sólo para mantener una larga charla con ella. Luego la invita a cenar. Alverna finge un rechazo inicial de modo muy poco convincente.
De inmediato Alverna inicia
un coqueteo con Ralph, que parece tener sólo unos pocos años menos que Joe. Adopta
el papel de la inocentona que toquetea y besuquea al invitado como parte de un
juego que también incluye algunas frases de flapper.
Durante la noche Joe decide montar guardia luego de un intento de robo. Alverna aprovecha la ocasión para tratar de seducir a Ralph. Ahora actúa como la pobrecita asustada; al no funcionar, insiste con sus frasecitas dizque ingeniosas y enseña un poco de carne.
Durante la noche Joe decide montar guardia luego de un intento de robo. Alverna aprovecha la ocasión para tratar de seducir a Ralph. Ahora actúa como la pobrecita asustada; al no funcionar, insiste con sus frasecitas dizque ingeniosas y enseña un poco de carne.
Esto no es gracioso. Alverna no es una
chica libre y simpática, como he leído en muchos comentarios entusiastas, sino
una esposa que trata de seducir a un invitado de su marido para que la saque del hogar. Una chica libre y "moderna" se iría sola, no intentaría marcharse como
mujer raptada para así arrojar sobre otro la responsabilidad de su decisión. Lo
peor es que ella hace esto mientras su marido cuida la seguridad del hogar. Joe
puede no ser joven ni guapo, pero es un tipo simpático que no merece un engaño
como el que planea Alverna. Si ella está harta de él debe decírselo y acabar
todo de manera correcta.
Cuatro semanas después Ralph
sigue instalado en casa de Joe. Alverna no ha conseguido hacerlo caer en su
juego pese a la atracción que provoca en él. Como Joe, Ralph es un tipo decente.
Pero solos en el campo, Alverna intenta obtener un beso. Ella es tan libre que
lleva cuatro semanas esperando que el hombre de el primer paso. Ralph la
rechaza y critica su insistencia en comportarse "como una tontita", gran
acusación, y expresa su decisión de volver a la ciudad. Parece que si Alverna
no hubiera insinuado el beso Ralph seguiría en casa de Joe hasta ser echado.
El día de la partida Alverna decide
irse con Ralph. Está harta de Mantrap. No es Ralph quien le interesa, sino
irse. Mientras, el bueno de Joe ha puesto la mesa y hasta flores para tener una
primera comida a solas con su mujercita en más de un mes. Cuando ella no
aparece, sale a buscarla en su bote (sí, hay una opaca imitación de la excelente
Johan de Mauritz Stiller).
Avanzando por el bosque, Ralph finalmente cae en el juego de Alverna y por un momento parece que serán una pareja feliz una vez él la divorcie de Joe, pero los problemas empiezan cuando se pierden y ella coquetea con un piloto que les da algunas provisiones. Parece que ninguna mujer puede estar sin coquetear a menos que sea vieja y fea, caso de la antipática y estereotipada vecina de Joe.
Avanzando por el bosque, Ralph finalmente cae en el juego de Alverna y por un momento parece que serán una pareja feliz una vez él la divorcie de Joe, pero los problemas empiezan cuando se pierden y ella coquetea con un piloto que les da algunas provisiones. Parece que ninguna mujer puede estar sin coquetear a menos que sea vieja y fea, caso de la antipática y estereotipada vecina de Joe.
Joe los encuentra y en lugar de
recriminarlos le advierte a Ralph que Alverna sólo le causará problemas. Ella se
defiende como una niñita enojada y ambos hombres comienza a hacer planes
respecto a ella como si hablaran de una mascota. Por fin Alverna se cansa y decide
que se irá y será dueña de sí misma. ¡Excelente decisión, Alverna! Pero algún tiempo después vuelve con Joe
porque… extrañaba Mantrap, aunque a los
pocos segundos está coqueteando con el nuevo policía de la zona.
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