09/09/2022

Georges Méliès habla sobre El viaje a la Luna

Hice esta película en 1902. Puedo decir que de inmediato fue un éxito sensacional que se extendió por todo el mundo. La técnica, por supuesto, era nueva porque acababa de nacer; pero también es nuevo el concepto de llevar un féerie a la pantalla. Mi experimento determinó la entrada definitiva del cine en la vía espectacular. Basta pensar que en ese momento, satisfecha la primera curiosidad del público por el nuevo invento, las vistas de  exteriores, que componían la mayoría del cine, comenzaron a cansar. Con El viaje a la luna, la recaudación de las salas de proyección marcó una subida inesperada. El tema fue concebido y compuesto exclusivamente para el cine; respondía, como diríamos hoy, a la idea de cine puro. Los títulos de las diversas imágenes estaban impresos en los folletos; pero la película se desarrollaba ininterrumpidamente sin subtítulos, y sin embargo estaba claro para cualquiera. El valor internacional del cine quedó así plenamente afirmado y conquistado.


Contrariamente a la creencia popular, la trama no se deriva de la novela de Verne, que además se titula De la Tierra a la Luna. El único truco que he usado es el del cañón gigante como medio de transporte. Por otro lado, todos saben que los viajeros de Verne dan la vuelta a la Luna, pero no entran en ella; y que la novela tiene una base científica o pseudocientífica, mientras que mi película era una pura creación ficticia. Desgraciadamente la película acababa de aparecer, cuando muchas firmas americanas tuvieron la idea de rehacerla, y con el negativo obtenido inundaron el mundo de copias falsificadas. En ese momento la legislación sobre propiedad artística aún no se había extendido al campo cinematográfico. Entonces ese trabajo, que me había costado mucho esfuerzo y dinero, terminó por conseguirme muy poco y la mayor parte de las ganancias se fueron a enriquecer ilegalmente a los falsificadores.


Si me quedaran ganas de bromear, diría que, completamente absorto en mi viaje a la luna, lamentablemente mi cabeza también se quedó en la luna.
 
Georges Méliès
Cinema, 25 de septiembre de 1936.


No hay comentarios:

Publicar un comentario