28/07/2023

Las 10 mejores películas de 1920

La década de 1920 es considerada la Edad de Plata de las películas. En ella el cine alcanzó su madurez técnica y artística, consolidándose como un nuevo arte por derecho propio. Atrás quedaban las improvisaciones de los hermanos Lumiere, las fantasías de Melies, las aventuras de Feuillade; el cine entraba en la Historia y transformaba la sociedad.
La década inició de manera brillante, ofreciendo películas de diversa temática y estilo. Suecia y Alemania se convierten en potencias del cine artístico, mientras que Estados Unidos se decanta por la comedia y el drama intimista, sin por ello renunciar a su propio sentido del arte. 
A continuación, las 10 mejores películas de 1920 según mi opinión. Ya vendrán listas de otros años. 

10) Del alba a la medianoche 
Von morgen bis mitternachts, Karl Heinz Martin, Alemania.

9) ¿Por qué cambiar de esposa?
Why change your wife?, Cecil B. DeMille, Estados Unidos.

8) La tiranía del odio
Bodakungen, Gustaf Molander, Suecia.

7) El monasterio de Sendomir
Klostret i Sendomir, Victor Sjöström, Suecia.

6) Una semana
One week, Buster Keaton y Edward F. Clive, Estados Unidos.

5) La marca del zorro
The mark of Zorro, Fred Nibblo, Estados Unidos.

4) El hombre de la navaja
The jack-knife man, King Vidor, Estados Unidos.

Prästänkan, Carl Theodor Dreyer, Dinamarca.

2) El golem
Der golem, wier er in die welt kam; Paul Wegener y Carl Boese, Alemania.

1) El gabinete del doctor Caligari
Das cabinet des dr. Caligari, Robert Wiene, Alemania.


21/07/2023

Fatty Arbuckle y la ropa femenina

En el viejo cine cómico existen chistes que funcionan una y otra vez: Caídas por escaleras, resbalones en cáscaras de platano (¡un clásico!), el pastel de crema en la cara... Pero sólo uno posee la fascinación especial para seguir gustando a casi todo el mundo: El del hombre vestido de mujer. 
¿Qué tiene este viejo chiste para provocar tantas risas? Misterios de la comedia. Quizá lo extraño que luce el cuerpo masculino en ropas diseñadas para un físico más pequeño y delgado. O la exageración de los cómicos al adornar los vestidos, con muchas cintas, lazos y volantes por todas partes. 
De los cómicos silentes que se vistieron de mujer, mi favorito es Roscoe Fatty Arbuckle. Para un hombre de su corpulencia, Roscoe era sorprendentemente agil; Louise Brooks lo describió como "un maravilloso bailarín de salón en su apogeo; era como flotar en los brazos de una enorme rosquilla". 
Contra lo que se piensa, Roscoe no usó la gordura como base de su humor. Era un hombre mastodónico, sí, mas su comedia radicaba en su extraordinaria agilidad física y en una más que notable capacidad para idear situaciones humorísticas. Él siempre huyó del prototipo del gordo torpe y desaliñado; fuera de cámara cuidaba mucho su imagen y vestía con la elegancia de un dandy moderno. 


Sin embargo, sería absurdo negar lo cómico que hay en la imagen de un hombre de su volumen metido en ropas de mujer. Él lo sabía y, por lo mismo, al usar el tropo le imprimió algunas características que diferencian a sus "chicas" de las de otros cómicos.
La exageración era la norma al momento de imitar a una mujer. Se hacía mucho énfasis en sus gestos y vestuario, provocando la risa como una respuesta al ridículo. Las "chicas" de Fatty, por el contrario, sabían ser sutiles, agradables. A veces incluso lindas de un modo surrealista.

Una linda bañista eduardiana.

Fatty imitaba los gestos femeninos casi con delicadeza. Sus "chicas" son a la vez alegres, coquetas, tímidas, delicadas y atrevidas, pero nunca grotescas. 
A continuación, algunas de esas películas.

Puro estilo. Y el vestido es tan delicado. 


Los amantes del mar de Miss Fatty
(Miss Fatty's Seaside Lovers, 1915)
Esta es la más antigua película de Fatty con ropas de mujer que he podido ver. Aquí el asunto es diferente a lo esperado: Roscoe interpreta a una mujer de verdad. Es Miss Fatty Finnegan, la vulgar hija única de un vulgar nuevo rico que hizo fortuna con la naftalina. La chica y sus padres llegan a un balneario de lujo, y tres cazadotes ponen sus ojos en la voluminosa heredera. Miss Fatty se deja cortejar y luego sale a nadar. 
Roscoe hace una chica extrañamente creíble. Es grosera (en modos y modas) y temperamental (¡le propina una paliza a uno de sus "pretendientes"!), pero se vuelve un manojo de nervios y temblores femeniles al quedar atrapada sobre una roca con la subida del mar. También tiene mal gusto en ropa, combinando sombrero con sombrilla, y cuadros vichy con estampados florales.


Uno de los pretendientes de Miss Fatty, al que podemos llamar "el guapo", es personificado por Harold Lloyd. No hace mucho en realidad, pero es fácilmente reconocible.
Un filme menor, aunque no totalmente desechable. 

Bonito cartel francés con Miss Fatty siendo cortejada.


El carnicero
(The Butcher Boy, 1917)
Una película de importancia mayor: La primera de Comique Film Corporation, el debut de Buster Keaton y montones de diversión en un almacén de pueblo que tiene a Fatty por carnicero. 
Hay muchos momentos geniales en la primera mitad de la película, pero es en la segunda donde todo se vuelve rarísimo: Almondine (Alice Lake), la novia del carnicero, es enviada a un internado femenino que no admite la entrada de ningún hombre. Decidido a ver a su chica, Fatty se disfraza de mujer y se aproxima al internado. Con la ayuda de Almondine, que lo presenta como su prima Candy, consigue que la estirada directora lo acepte como alumna.


Candy es una de las mejores creaciones femeninas de Roscoe. Una bonita muchacha regordeta con rostro aniñado y largos rizos dorados sujetos con un lazo enorme. Hace pensar en una versión gigantesca de Mary Pickford.


Candy llega a revolucionar las cosas en el colegio. La nueva chica es pura energía juvenil: Salta, baila, hace reverencias, se burla de la directora, muestra las enaguas... A Roscoe le fascinaban estas situaciones, y se nota. Parece muy cómodo en el traje de Candy.


Slim (Al St. John), el rival de Fatty, también logra matricularse vestido de mujer. "Ella" es la antítesis de Candy; una chica fea, tosca, con gafas y pésimos modales. Durante el almuerzo la bien educada Candy le llama la atención por sorbetear la sopa. 


La absurda y risible situación conduce a un enfrentamiento de los rivales donde Buster vuelve a entrar en escena. ¡Y la acción real se desata en los dormitorios femeninos! Todos corren de una habitación a otra; Candy pierde la compostura y al final Fatty y Almondine logran salir del internado y huyen para casarse. Imperdible. 



Coney Island
(1918)
De paseo en Coney Island, el alegre Fatty, su aburrida esposa Agnes Neilson, el joven Buster Keaton, el eterno rival Al St. John y la guapa Alice Mann terminan metidos en un divertido enredo en la playa que incluye bañadores cambios de pareja y travestismo.
Aburrido en la playa, Fatty escapa de su esposa y se encuentra con Alice, la ex chica de Buster y ahora ex de Al. Juntos acuden a alquilar trajes de baño, pero no hay ninguno de la talla de Fatty. Aparece una mujer muy gorda y Fatty aprovecha un descuido para robar su enorme bañador de corte marinero. Alice, cómplice juguetona, le consigue una peluca de rizos rubios y Fatty se transforma en una abultada belleza bañista con sombrero negro y una pequeña sombrilla blanca.

 
Con su nueva identidad, Fatty es enviado al vestidor de mujeres, lleno de hermosas damas en ropa íntima. Alice lo saca de ahí, y van a la playa, donde Fatty ve a su esposa buscándolo con ayuda de Al. Para distraerlos, Fatty comienza a coquetear con Al, que se muestra fascinado con la robusta bañista y se escabulle hasta ella. 
La escena es picarona e inocente a la vez, resultando muy divertida. Las caras de Al cuando descubre que la bañista tiene la barbilla aspera son una cosa de otro mundo. Fatty olvida constantemente que va vestido de mujer, pero en cuanto lo recuerda actúa en consecuencia.

 
Buster llega como salvavidas y con una caña de pescar (?). Suelta una carcajada cuando la esposa de Fatty le pregunta quien es la dama gorda y usa la caña para arrancar el sombrero y la peluca de la supuesta bañista. Se desata el caos. 
Este corto es pura diversión, enredos, persecusiones y cambios de ropa y pareja. ¡Buster luce muy guapo como salvavidas! Imprescindible.



Buenas noches, enfermera
(Goodnight, nurse, 1918)
Si la colegiala Candy es una creación extraordinaria, la enfermera Fatty es la cúspide. Roscoe se supera a sí mismo en el desarrollo de esta singular damita.
Todo comienza con un borracho y fiestero Fatty al que su cansada esposa lleva al sanatorio Sin Esperanza para curarle el vicio. Allí hay locos, amputados y muertos, y el doctor (Buster Keaton) entra en escena con un delantal manchado de sangre y un par de cuchillos que le dan la apariencia de un matarife.
Tras una alucinante serie de payasadas producto de los intentos de fuga de Fatty, llega la secuencia de comedia pura. 
Buscando una forma de escapar de esa especie de manicomio, Fatty se disfraza de enfermera y la cosa deriva en un "romance" divertidísimo.

La enfermera Fatty en toda su gloria.

Fatty sale de una habitación a un pasillo con uniforme impecable y paso seguro. ¡Y entonces el doctor sale de otra habitación en el lado opuesto! Hay una pausa dramática. El doctor está sorprendido; no reconoce a la voluminosa enfermera. "Ella" se queda quieta, soportando tímidamente el escrutinio, y enseguida, para desviar cualquier sospecha, empieza a guiñarle los ojos al joven médico, coqueteando con  él y llamándolo a su lado. El médico, avergonzado, le sigue el juego con la timidez de un colegial. 
De pie a ambos lados del pasillo, la pareja intercambia miradas coquetonas y sonrisas tímidas. Fatty inicia un juego tocándose la boca con el índice y apartando la cara con el pudor de una muchachita recatada, y el médico lo repite. Después "ella" cuenta las tablas de madera de la pared y Buster vuelve a imitarla. Cuando el medico no lo ve, Fatty le hace morisquetas y hasta escupe hacia una habitación.
Finalmente se acercan el uno al otro. El contraste físico entre ambos es enorme. Surge la inevitable pregunta de qué pretende hacer el esmirriado médico con esa mujer del triple de su tamaño. La risa tímida de Buster ante la corpulenta enfermera es adorable. 
Y empiezan otro juego, uno de suaves palmaditas en la espalda. 


De pronto Fatty se cansa y con una fuerte palmada lanza al doctor al suelo. No conforme con eso, lo sujeta del cuello y los pies y lo arroja contra una puerta como si fuera un ariete humano. Ahora el doctor se asusta de veras. Trata de calmar a la brava enfermera, que lo convence de sacar a tomar aire a una guapa paciente loca (Alice Lake), y parece que habrá una fuga triple. ¡Pero aparece la verdadera enfermera y le arranca el uniforme a Fatty! Se acabó el romance. 


Toda la secuencia anterior es absolutamente hilarante. Los propios interpretes parecen estar divirtiéndose de lo lindo en ella. Roscoe y Buster hacen una dupla perfecta como pareja dispareja y esta es una de sus mejores performances. 



Amor
(Love, 1919)
Fatty trabaja para un granjero (Frank Hayes) y está enamorado de la bonita hija de su patrón (Winifred Westover), pero este, por pura ambición, decide casarla con el idiota hijo del vecino, Al Clove (Al St. John). El granjero despide a Fatty para dejar vía libre a Al, pero él regresa a la casa como la nueva cocinera.
Esta vez la falsa chica es una dama bastante mayor de nombre Lucrecia Borgia y recomendada por Elizabeth Borden, nombres ambos muy significativos. Lleva un vestido largo, un chal y un paraguas. El granjero muestra un entusiasmo sospechoso por la nueva cocinera y ella replica haciéndole ojitos. 


Llega el día de la boda y el joven ministro está nervioso por ser esta la primera vez que oficia un matrimonio. Fatty propone ensayar la ceremonia con "ella" como el novio y después, con la ayuda de un cómplice improvisado, impide la boda argumentando que la novia ya está casada... con él. 
La señorita Lucrecia Borgia no es una creación femenina muy destacada, aunque al final lleva un bonito vestido a cuadros. Fatty es conmovedor, pero como Lucrecia tiene poco tiempo en pantalla y no hace mucho antes de resolver el problema principal, ¡aunque la ingeniosa manera en que lo resuelve me parece encantadora!



14/07/2023

Actores y actrices bailando (II)

Más imágenes, ahora en gif, de nuestras estrellas silentes practicando el divertido arte de la danza y el baile. Algunos desconocidos también se suman a la fiesta.

John Gilbert y Lillian Gish en La Bohème (1926).

 
Louise Brooks en La caja de Pandora (1929).

Sybil Seely (con Joe Keaton) en El espantapájaros (1920).


Rudolph Valentino en Los cuatro jinetes del apocalipsis (1921).
 
Brigitte Helm en Metrópolis (1927).
 
Buster Keaton (con bailarina anónima) en El cocinero (1918).
 

Valentino y bailarina española en Sangre y arena (1922).
 
Clara Bow en Mantrap (1926).
 
Charles Chaplin en Tiempos modernos (1936).